Iglesia de Dios Fuente de Vida

La Gran Comisión es nuestro mandato.


Principios que rigen la comunión cristiana

Un principio es una "Norma o idea fundamental que rige el pensamiento o la conducta." Los principios que fundamentan las relaciones interpersonales de los cristianos se viven precisamente al practicar la comunión entre los creyentes, en el conocerse y aceptarse.

Algunos de los principios que rigen la conducta de la comunidad cristiana son:

A. Amor

Ninguno de los que esta en la congregación tenga más alto concepto de si, que el que debe tener; más bien piense de si mismo con cordura.

Una realidad para los creyentes es que los principios que rigen a los cristianos giran alrededor del amor. Jesús vino a la tierra y todo el tiempo insistió en un mandamiento "... Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Mateo 22:39). La practica del amor se lleva acabo únicamente en la reunión con los condiscípulos, puesto que en soledad no será necesario poner en práctica la paciencia, el soportar a otros; el pensar ser uno aunque exista diversidad o inclusive vemos como iguales por ser comparados por el mismo precio "La Sangre de Jesús".

B. Igualdad

La igualdad es un principio que reconoce a todos los ciudadanos de un pueblo como individuos que tienen los mismos derechos y responsabilidades. Esta misma idea es la que se maneja en las comunidades llamadas hermandades; es en esta misma línea que se presenta la igualdad entre los creyentes como un principio que surge necesariamente ante el compartimiento de tantos (Hechos 10:34-35), provenientes de distintos lugares, sociedades y generaciones.

Pablo recomienda a los miembros de la iglesia en Roma que ninguno de los que esta en la congregación tenga más alto concepto de sí, que el que debe tener; más bien piense de si mismo con cordura... (Romanos 12:3) En la congregación, al estar ministrando es que puede surgir la inquietud de que algunos presten un servicio mejor que otros, o pensar que unos son más indispensables que otros, es en base a ello que se recalca en Efesios 6:5-9 que en Cristo no hay distinción entre un jefe y un siervo, ambos son iguales para Dios, pues son hijos del mismo Padre.

C. Unidad

Jesús se interesó mucho por que la unidad entre los creyentes se mantuviese y así lo manifestó en oración. La unidad no era algo que los cristianos debiesen crear, sino mantener pues ésta ya existe en virtud del Padre, Cristo y del Espíritu Santo (Juan 17:21). La unidad de la iglesia es un tema importante que lleva gran exhortación en las cartas de los apóstoles; esto porque la unidad de la iglesia representa la unidad del Dios que predicamos.

Se debe tener cuidado con aquellos desacuerdos, favoritismos, o inmadurez que intenten romper este principio, pues con ello se pierde el vinculo del amor y en medio de la congregación se crean fricciones que pueden convertirse en ventanas para que el enemigo hurte lo que se ha sembrado. Al estar en la congregación cada creyente tiene la responsabilidad de conducirse con madurez, recordando que su diversidad hace la unidad en Cristo (Gálatas 3: 28), que en sus distinciones es que se necesita el compartir para su crecimiento.

D. Servicio

Un refrán popular dice que "El que no vive para servir, no sirve para vivir" o "El que no sirve, no sirve". Una característica que representa a los creyentes es su don de servicio, la atención de poder brindar ayuda a los que lo necesitan; una sana relación entre creyentes no es mostrarse perezoso u ocioso en el trabajo para el Señor, o la atención de los mismos creyentes; si no mas bien prestar servicio a la obra que se ha encomendado a la iglesia. En la iglesia primitiva se observa una cultura de cuidarse los unos a los otros, preocuparse por el bienestar común (Hechos 2:44-45) y tener como regla general que la iglesia mantuviese a los que estaban desvalidos como las viudas (1 Timoteo 5:9-10). El servicio entre los creyentes debe ser algo espontáneo que surge por el vínculo de amor, que les identifica como hijos de Dios en dondequiera que estén.

Aplicación

 

Reflexión "Nadie puede vivir la vida cristiana si descuida la comunión de la iglesia"

Cuando una persona desea ser un estudiante, debe cumplir con ciertos requisitos como completar la papelería que se le solicita, pasar por un proceso de entrevistas y aceptar cumplir con las reglas o requerimientos de la institución. Ha esto se le puede agregar asistir los días que se le impartirán clases y si es necesario portar un uniforme cada vez que entre a la institución de donde formará parte.

Si el estudiante incumple con cualquiera de estas reglas o requerimientos corre el peligro de ser expulsado o tomado en cuenta para salir de la institución de manera deshonrosa. En la vida cristiana, los creyentes debemos tomar conciencia de que si bien es cierto no firmamos una papelería para formar parte del pueblo de Dios, si adquirimos un compromiso con nuestro Salvador en el momento en que le reconocemos como el redentor de nuestras vidas.

El formar parte de la comunidad cristiana requiere atender a la exhortación presentada en Hebreos "No dejar de congregarnos como algunos lo tienen por costumbre" (Hebreos 10:25), y mantener la calidad de nuestra comunión con los creyentes. Hay que recordar que "Nadie puede vivir la vida cristiana si descuida la comunión de la iglesia" Afortunadamente el creyente no puede ser un creyente efectivo en la soledad, no puede mostrar su madurez o crecimiento si no tiene contacto con aquellos que tienen su mismo sentir espiritual.

Tú ¿Has decidido ser un creyente secreto o un creyente efectivo?, recuerda que el secreto puede acabar con tu vida cristiana... ¿Qué decides?

Respuesta práctica

A partir de este día debes anotar en tu agenda algunos espacios que puedan proveer el tiempo necesario para mantener una correcta comunión con los creyentes de tu congregación.

En estos espacios puedes pensar en el desarrollo de tu vida espiritual (orar, compartir la Palabra y/o alentar a otros); también puedes pensar en el desarrollo ministerial y social sirviendo en las áreas en las cuales Dios te ha dado talento. Además no puedes olvidar que sólo en comunidad (asistiendo a las reuniones) puedes desarrollar los principios de conducta de tu vida cristiana que ayudan a alcanzar la plena madurez en el Señor.

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